El policial puro no suele ser un género muy frecuente en el cine argentino. Sí hay películas que toman algunos elementos reconocibles de su formato, pero para construir narraciones que acaban decantando hacia otros géneros u otras intenciones. Por eso sorprende la coherencia con la que El hombre inconcluso, primera ficción como director y guionista de Matías Bertilotti, se mantiene dentro de ese molde a lo largo de casi todo lo que dura su relato. Hay un crimen (un oficial de policía se sorprende cuando, desde un pueblito perdido en una provincia, llega un pedido de captura a su nombre, vinculado a un asesinato); hay un misterio (una persona con su mismo nombre, nacido el mismo día y con número de documento correlativo que ha desaparecido tras la muerte); y hay una investigación y un pueblo lleno de sospechosos que casi funciona como un cuarto cerrado.