En marzo del 2008, Diego Maradona participó de un partido amistoso con Bolivia organizado para empujar el pedido a la FIFA de autorizar los partidos en territorios en altura, como lo es La Paz, por encima de los 3.500 metros que reglamentó la entidad deportiva. Previo a disputar el partido, el 10 dijo que los jugadores bolivianos debían poder jugar donde nacieron, y es algo que "Ni Dios ni (Joseph) Blatter" podían prohibir.