Shrinking se inicia con una noche en la que su protagonista (Jason Segel) mezcla barbitúricos, un tema de Billy Joel a máximo volumen, alcohol, pretzels y prostitutas, mientras su hija (Lukita Maxwell) duerme en su cuarto. Quien le va a llamar la atención sobre el derrape es su vecina, Liz (Christa Miller). Jimmy, viudo desde hace un año, no logra salir de una espiral descendente. Está atascado al igual que sus pacientes. La ficción tendrá como catalizador el cambio de enfoque en su terapia eliminando filtros y abrazando la honestidad brutal.