San Lorenzo no para. Fiel a su estilo práctico y eficaz, y alejado de cualquier pretensión estética, sigue ganando y sigue sumando. Con el triunfo por 2 a 0 ante Instituto de Córdoba con dos goles de penal de Andrés Vombergar en el segundo tiempo, se puso a dos puntos de River (con un partido más) y acumula números de ensueño: es el equipo de más victorias (diez) y menos derrotas (dos) en lo que va de la Liga Profesional. Y mantiene su valla invicta de local en todo el campeonato. El equipo de Rubén Insúa es más lindo en las tablas que en la cancha. Pero su gente igualmente lo acompaña y le disculpa algunas impurezas en el manejo de la pelota y su falta de luces para generar juego. Porque le reconoce su entrega, su aplicación, el orden defensivo y el compromiso de todos para conseguirlo. Le costó mucho llegar en el primer tiempo. Fundamentalmente porque su mejor jugador, Nahuel Barrios, salió lesionado a los 29 minutos por una fuerte entrada de Graciani sobre su tobillo derecho. Sólo lo logró al final con un cabezazo de Braida que salió por encima del travesaño y un remate de Vombergar que manoteó el arquero Carranza.