El primer ministro de Australia, Scott Morrison, brindó una conferencia de prensa en el Centro de Operaciones de Emergencia de Lismore, en Nueva Gales del Sur, uno de los lugares devastados por las inundaciones que atraviesa la costa Este del país oceánico. Allí respondió a las críticas por la lenta respuesta del Estado ante el desastre y reconoció que "Australia se está convirtiendo en un país en el que es cada vez más difícil vivir y es por los desastres naturales". Australia registra desde hace dos semanas lluvias torrenciales que provocaron graves inundaciones. Hasta el momento, el Gobierno nacional pagó subvenciones por desastre a unas 330.000 personas afectadas y desplegó unos 4400 soldados en Nueva Gales del Sur y Queensland para realizar tareas de limpieza y reconstrucción.