Comienzan los operativos que se extienden hasta el 27 de julio en Libertador General San Martín, Jujuy, y que se recuerdan como Noche del Apagón. La dictadura se vale de cortes intencionales en la usina de la ciudad y realiza una serie de secuestros. En total, hubo unos 400 secuestrados, de los cuales 55 permanecen desaparecidos. Al año siguiente desapareció el exintendente radical Luis Arédez, que había querido cobrarle impuestos al ingenio Ledesma. Los testigos señalan a los directivos de la empresa de haber provisto de personal y vehículos a los militares para los secuestros. Durante las décadas siguientes, Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio, es acusado por su rol y utiliza su avanzada edad y su estado de salud para dilatar el proceso judicial en su contra.