Hasta el último soplo de su vida, Horacio Accavallo, el segundo campeón mundial que consagró el boxeo profesional argentino, fue fiel al duro oficio que le permitió escapar de la miseria y convertirse en una celebridad deportiva del país. Hacía muchos años que la salud lo había puesto contra las cuerdas. Y justo en el Día del Boxeador, su corazón bajó la guardia definitivamente. A los 87 años (había nacido en Capital Federal el 14 de octubre de 1934), Accavallo emprendió la partida dejando la memoria emocionante de sus grandes peleas sobre el ring del Luna Park. Y un lugar de privilegio indiscutible en la historia del boxeo argentino