“Pueden sacarnos a nosotras de The Stroll, pero no a The Stroll de nosotras”, cuenta una transexual cerca del desenlace de este documental -ganador de un premio especial en la competencia oficial del último Festival de Sundance- que registra una porción de un pasado que se ha ido para no volver. Ubicada en un barrio del noroeste de Nueva York conocido como Meatpacking District, la calle del título supo albergar decenas de frigoríficos que despachaban diariamente toneladas de carne envasada. Al ponerse el sol, cuando los camiones y las sierras apagaban sus motores, la escenografía cambiaba por completo para convertirse en una zona roja emblemática de las décadas de 1970, 1980 y 1990, un refugio para transexuales, homosexuales y minorías sexuales marginados que, además de prostituirse, podían ser quienes eran sin tapujos, sin miradas escrutadoras.