Durante sus más de dos horas de proyección, La médium echa mano al formato del falso documental (sí, como en El proyecto Blair Witch), decisión que ayuda en los primeros tramos y se transforma en un pesado lastre después. Nim (Sawanee Utoomma) es una mujer de unos cincuenta años que, ya desde la adolescencia, resultó “elegida” por la diosa Ba Yan como intermediaria entre el mundo material y el espiritual, la médium encargada de llevar a cabo las ceremonias necesarias para proteger de los más diversos males su pequeño pueblo rural. Un oficio transmitido de generación en generación que las mujeres de la familia han aceptado, a veces a regañadientes, desde tiempos inmemoriales. La muerte de un familiar cercano la obliga a visitar a su hermana mayor, cuya hija veinteañera comienza a mostrar, más temprano que tarde, los más extraños comportamientos y manifestaciones. ¿Acaso es la elegida para seguir la tradición y reemplazar a Nim o el ente que parece poseerla es de otra naturaleza, mucho más peligroso y maligno?