Los presidentes de la Amazonía, reunidos este martes en la ciudad brasileña de Belém, se comprometieron a impulsar "una nueva agenda" de cooperación en el bioma, pero evitaron metas concretas de deforestación y se enzarzaron en relación a la explotación de combustibles fósiles. En una extensa declaración de 113 puntos, los ocho países amazónicos establecieron una vaga hoja de ruta para garantizar la supervivencia de la selva, con medidas para la gestión del agua, la seguridad, la salud, las infraestructuras sostenibles y la promoción de los derechos humanos de los pueblos tradicionales.