Sin Benedetto, que se lesionó en un entrenamiento el sábado, sin Fabbra, suspendido, sin dinámica, sin funcionamiento, sin respuestas futbolísticas ni anímicas. Sin ideas, sin seguridad en el arco, Boca jugó uno de sus peores partidos de los últimos tiempos y perdió 1-0 contra Huracán, que no deslumbró, pero hizo lo suyo, jugó de igual a igual y aprovechó una pelota parada para llevarse de la Bombonera tres puntos de oro.