El seleccionado argentino que dirige Marcelo Méndez cayó en cuartos de final por 3-1 con parciales de 16-25, 25-23, 22-25 y 21-25 ante la selección brasileña que jugó las últimas cinco finales mundialistas. Así se despidió del Mundial de Polonia y Eslovenia en la ciudad polaca de Gliwice y cerró un torneo irregular, con algunos puntos muy altos y otros bajos, pero que gracias al potencial de sus jugadores le permitió meterse entre los 8 mejores después de 20 años.