El 30 de enero de 1972 ocurre el Domingo Sangriento en Irlanda del Norte. En la ciudad de Londonderry se convoca una marcha por los derechos de las mujeres y contra la detención de sospechosos de pertenecer al Ejército Republicano Irlandés (IRA). Concurren unas 15 mil personas. Un grupo de manifestantes tira piedras a soldados ingleses, que responden con disparos. Mueren 14 personas. La matanza es un hito en la escalada de violencia. A partir de estos hechos, el IRA intensificará su acción. Recién en 2010 el gobierno británico reconoció que las víctimas iban desarmadas y admitió su responsabilidad en el Domingo Sangriento.