Desde que irrumpió en el universo del cine en 2012 con el estreno de Springbreakers, de Harmonie Korine, la productora A24 se destaca por el desarrollo de proyectos audaces vinculados a géneros populares, pero que a partir de una impronta personal buscan despegarse de las convenciones narrativas de cada uno de estos. Esa prerrogativa es la que cimenta su filmografía, en la que abundan títulos estimulantes, que a partir de originales vueltas de tuerca buscan refrescar esos moldes y estructuras, en las que lo clásico se ha oxidado por la repetición. A ese grupo pertenece la sorprendente y sorpresiva X, del estadounidense Ti West, que retoma de forma sui géneris el modelo de aquellos films de terror de los años 70, en los que ya se comenzaba a perfilar el subgénero slasher, con La masacre de Texas (Tobe Hooper, 1974) como principal referente.