La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin. Lo acusa de ser responsable de supuestos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Apenas se conoció la noticia, el Kremlin salió a desestimar esa medida: “Es nula” y “sin sentido”. El mandatario podría ser arrestado y enviado a La Haya si viaja a cualquier Estado miembro del organismo. La medida fue tomada solo un día después de que un organismo de investigación con mandato de la ONU acusara a Rusia de cometer crímenes de guerra de gran alcance en Ucrania, incluidos homicidios intencionales y tortura, entre otros hechos. La acusación habla de una presunta deportación ilegal de niños ucranianos en zonas en disputa que fueron ocupados por la Federación Rusa.