Hay que ver cómo salta Wos en sus conciertos. Tan alto y liviano, con tanta fuerza, imparable. Parece que vuela. Es un impacto verlo en escena, con esa soltura y ese empuje en el cuerpo. También sus canciones parecen volar. Porque si alguna vez partieron del mundo del rap y el hip hop, del freestyle y las batallas de gallos, hoy siguen pisando allí pero se abren y se expanden, cruzan géneros e influencias.