Una pastelería en Notting Hill, de Eliza Schroeder, no tiene ningún tipo de vínculo con la famosa comedia romántica Un lugar llamado Notting Hill (1999), protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant, más allá de que sus acciones tengan lugar en el mismo (y ahora popular) barrio londinense. De hecho, en aquella al menos el nombre del barrio constituía el título original de la misma, mientras que en esta su inclusión solo consta en el utilizado para su estreno local. Es cierto que el aire de bohemia cool del distrito, similar al que -gentrificación mediante- puede advertirse en algunas zonas del Palermo porteño (Palermo 2.0), le aporta atmósfera y colorido a la película. Sin embargo, esa puntillosa geolocalización no representa ningún tipo de aporte dramático a una historia que, modificando algunos detalles estéticos, podría ocurrir en cualquier otra parte.