Un pibe de tranco lento y con mucha cara de niño le dio a Central la felicidad del año en un partido donde el equipo de Carlos Tevez no pudo hacer casi nada de lo propuesto. Alejo Veliz hizo un golazo de cabeza y ante eso Newell’s no tuvo respuestas, incluso a pesar de tener la pelota durante mucho tiempo y con Pablo Pérez siendo dueño del mediocampo. El equipo de Javier Sanguinetti nunca estuvo cómodo con el balón, muy pocas veces sorprendió al rival y encontró consuelo en sus propias torpezas, con Pérez y Funez errando al arco con remates en el área chica. Fue grande el festejo porque en cancha no hubo tantas diferencias pero el canaya, de la mano de un niño con carácter de veterano, encontró un triunfo con celebración que durará todo el año y que reinventa la imagen de Tevez ante los hinchas.