No le hizo falta viajar por el multiverso ni encontrarse con sus otros yo a Matías Rojas para ser la gran figura de Racing y darle el triunfo 1-0 sobre Sarmiento este domingo en Avellaneda. Al habilidoso paraguayo le bastó con ser él mismo, el de los enganches inmarcables y la pegada espectacular, y con un guiño del destino: que el sector derecho de Racing, por donde él se mueve, era donde estaba la codiciada y escueta sombra del primer tiempo, que alcanzaba para paliar los 35 grados de temperatura que hacían a las 17, hora del pitido inicial. Para colmo o completamente conciente de ello, a medida que Rojas se fue posicionando más en el medio, cuando sus enganches para adentro ya perdieron el factor sorpresa y fue a buscar más contacto con la pelota como conductor, la sombra lo acompañaba.