En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague, se reitera el pedido por sufragio libre para las mujeres y la dirigente alemana Clara Zetkin propone el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. La propuesta se aceptó de forma unánime. Ese mismo año se realizó en Buenos Aires el Congreso Femenino Internacional. Décadas más tarde, la ONU institucionalizó la fecha del 8 de marzo.