En estos ocho episodios, la miniserie retrata con detenimiento el caso y los pliegues de esa coyuntura, pero quien se lleva todos los flashes es la extravagante dama sureña (Julia Roberts) que ventilaba chimentos del partido gobernante sin importarle las consecuencias. En tanto, su marido John Mitchell, fiscal general de Nixon (Sean Penn), planificaba y ejecutaba las operaciones a pedido de la Casa Blanca.