“Después de un espectáculo cómo este, no hay lugar para discursos”, dijo el lider brasileño invitado a subir al escenario y sin embargo habló un largo rato de democracia, unidad continemtal y sueños por cumplir. El día en el que Lula volvió a Buenos Aires anocheció con canciones. Canciones de hermandad, de esas que desde hace mucho proponen un propio norte, más acá del Norte.