Las películas del indio-estadounidense M. Night Shyamalan podrán ser buenas o malas, pero debe agradecérsele su persistencia para imprimirle un toque personal a historias que, en otras manos, se tirarían de cabeza a la autoconciencia delirante del cine clase B. El último trabajo del responsable de Sexto sentido y El protegido es un thriller psicológico sobre una familia que, mientras vacaciona en una cabaña remota, es tomada como rehén por cuatro extraños que aseguran que el apocalipsis es inminente.