Bronca porque pegan sin descaro, pero nunca el fútbol queda claro/Bronca cuando luchan y no juegan, hacen lío por cualquier pavada/Cuesta creer tanta histeria organizada… Rosario Central y Boca (los jugadores, los técnicos, algunos hinchas...) fueron cómplices de un partido que tuvo barullo, tensión, nervios, mala leche y algunas poquitas pinceladas de fútbol. Un partido con 8 amarillas, algunas de las cuales debió ser roja, encuadrado en el contexto de las miserias del fútbol nuestro de cada día. El empate es un resultado que no le queda mal a ese extraño cruce en el que Central estuvo dos veces en ventaja, pero no pudo sostenerla.