El 16 de agosto de 1977, la muerte de Elvis Presley impactó a todo Estados Unidos, incluyendo a la mismísima Casa Blanca. "La muerte de Elvis Presley le quita al país una parte de sí mismo", anunció el presidente Jimmy Carter, en una declaración que le adjudicó al cantante de caderas bamboleantes de Tupelo el haber "cambiado de manera permanente el rostro de la cultura popular estadounidense." Ochenta mil fanáticos dolientes aparecieron para la larga fila de la procesión funeraria en Memphis, pero aun entonces hubo quienes se preguntaron si el extravagante showman establecería de manera genuina un legado duradero. El obituario del destacado crítico de rock de la época Lester Bangs apareció en la tapa del periódico neoyorquino The Village Voice bajo el título "¿Cuánto tiempo nos importará?"