Un grupo de tareas de la dictadura secuestra al cineasta Raymundo Gleyzer en la puerta del Sindicato Cinematográfico Argentino. Permanece desaparecido desde entonces. Nacido en 1941, se había centrado en el género documental. En 1973 filmó Los traidores, un largo de ficción en el que describe la parábola de un ficticio dirigente sindical peronista que de defender a las bases pasa a ser parte del entramado de poder en tiempos de la proscripción. También fue responsable del documental México, la revolución congelada. Militó en el Partido Comunista y luego se acercó al Partido Revolucionario de los Trabajadores. Formó el grupo CIne de la Base, juntos a otros directores, con el que realizó el mediometraje Ni olvido ni perdón: 1972, la masacre de Trelew.