Fue un hecho que atrajo la atención del mundo, como el de los 33 mineros atrapados bajo tierra en Chile o el de los rubgiers uruguayos sobreviviendo durante meses en la Cordillera de los Andes. Todo comenzó el 23 de junio de 2018, cuando 12 chicos de entre 11 y 16 años y el entrenador de su equipo de fútbol se metieron en una de las tantas cuevas que penetran las montañas del noroeste de Tailandia, sin saber que unas horas más tarde se desataría un monzón que, con sus vientos y lluvias, les taponaría las entradas y las salidas, obligándolos a adentrarse para huir de las aguas crecientes. Tanto se adentraron, que cuando quisieron darse cuenta no podían salir: el grupo quedó miles de metros dentro de ese enrevesado complejo de túneles subterráneos, una zona de acceso imposible con esas condiciones climáticas. O casi imposible. Para amarrar en puerto seguro una película basada en todo ese periplo, nadie mejor que un capitán como Ron Howard, un hombre avezado en el arte de contar sucesos en los que el ser humano se enfrenta a lo imposible… y gana.