El papa Francisco pidió en Kazajistán que las religiones del mundo trabajen juntas para promover la paz de forma urgente, dar mayores responsabilidades a las mujeres y escuchar a los jóvenes, y advirtió por un posible efecto dominó de las tensiones internacionales si continúan los conflictos militares. "El terrorismo, el extremismo, el radicalismo y el nacionalismo alimentado de sacralidad fomentan todavía hoy temores y preocupaciones en relación a la religión", se lamentó el pontífice al dar su último discurso en la capital kazaja, Nursultán, con el que cerró una visita de tres días al país asiático.