El gran éxito de la ficción se produce cuando alcanza la meta de crear una realidad paralela, una invención lo suficientemente verosímil como para dar fe de su existencia. Que esa construcción consiga además establecerse como un reflejo de lo real, haciendo que el espectador acepte por un rato al espacio de la pantalla como una extensión del mundo físico, representa un mérito adicional. Los hijos de los otros, quinta película de la cineasta francesa Rebecca Zlotowski, puede enorgullecerse de cumplir con ambos cometidos. Y todo a partir del dispositivo, en apariencia sencillo, de poner en escena un momento específico de la vida de una mujer. Pero no cualquier momento.