La esgrima mundial se convirtió en noticia, por un hecho extradeportivo que recorrió el mundo y que llegó hasta esferas gubernamentales. Es que la competidora ucraniana Olga Jarlan se negó a saludar a la rusa Anna Smirnova tras derrotarla en el mundial de la disciplina que se disputa en Milan, por lo que los organizadores decidieron descalificarla. Tras la resolución, el gobierno de Ucrania calificó la decisión de "absolutamente escandalosa" en el marco de la guerra que lleva ya más de 17 meses.