En mayo pasado, a unos días del fin de la medida migratoria conocida como Título 42, el gobernador de Texas anunció el inicio de la colocación de boyas esféricas gigantes, de color naranja, para construir una barrera flotante sobre el río Bravo. El argumento era reforzar las medidas de seguridad en la frontera con México que habían incluido enviar en colectivos a migrantes a estados estadounidenses gobernados por demócratas y autorizar a la Guardia Nacional para que realizara arrestos.