A esta altura del partido lo andersoniano es equiparable a lo bergmaniano o a lo fellinesco: es inconfundible. Por ende, adoradores y enemigos repiten esencialmente lo mismo, sólo que lo que algunos entienden como genialidad es visto por otros como repetición ad nauseam de tonos, tópicos y estilos. La crónica francesa, primera película “ómnibus” en la filmografía del director de Los excéntricos Tenembaum –esto es, conformada por distintos relatos, anudados por un lazo en común–, puede funcionar como compendio antológico de sus intereses y obsesiones.