Las reuniones familiares con integrantes que tienen relaciones tirantes entre ellos configuran uno de los tópicos narrativos más recurrentes a lo largo y ancho del globo audiovisual. Si a eso se suma que la reunión es consecuencia de un reciente coqueteo con la muerte y transcurre en una casa de campo durante la Navidad, queda claro que hay materia prima de sobra para un relato que orbite alrededor de los vínculos, la disfuncionalidad, los errores del pasado y la posibilidad de un futuro un tanto más armónico puertas adentro del clan.