Meterse entre los ocho mejores de la Libertadores no es cosa de todos los días... Mucho menos cuando el equipo no tiene la billetera de los poderosos de siempre. Atento a la oportunidad histórica que se le presentaba este miércoles por la noche, Talleres no dudó y jugó un partidazo en Santa Fe. Colón, por el contrario, recién se acordó de ser audaz cuando estuvo contra las cuerdas y se quedó sin nada. El conjunto cordobés fue amo y señor de las acciones desde el minuto uno a pesar de jugar en rodeo ajeno. El portugués Pedro Caixinha apostó por la juventud de mitad de cancha para adelante y, en este caso, ellos fueron sinónimo de rebeldía ante un rival de apellidos tan célebres como apagados. Casi que ni pateó al arco Colón en el primer tiempo, una exageración de la propuesta que ya había mostrado en el 1 a 1 de la ida en el Mario Alberto Kempes (esto fue literal ya que el equipo pasó de un 4-1-4-1 a un 5-1-3-1).