Tres militantes del Partido Comunista chileno son asesinados por Carabineros durante la dictadura de Augusto Pinochet. A José Manuel Parada, Manuel Guerrero Ceballos y Santiago Nattino se los llevan entre el 28 y el 29 de marzo, los torturan y el 30 a la madrugada los degüellan. Los cuerpos son dejados en un matorral y descubiertos ese mismo día. El llamado Caso Degollados conmociona al país. La investigación judicial se vuelve inevitable y causa un terremoto político. César Mendoza, máxima autoridad de Carabineros y miembro de la Junta Militar desde el golpe de 1973, debe dejar su cargo. En 1995 se condena a prisión perpetua a cinco integrantes de la policía y otros once efectivos reciben penas menores. Hoy hay solamente un condenado en prisión.