El 29 de abril de 1985, Adriana se sentó frente a los integrantes de la Cámara Federal. Las caras de los jueces mostraban el agobio mientras ella relataba lo que había vivido en los campos de concentración de la dictadura. Moreno Ocampo y Julio Strassera se acodaban en el escritorio para verle el rostro. Habló del miedo. “A mí lograron aterrorizarme, señor presidente, pero, por suerte, no lograron aterrorizar a todo el pueblo. Hubo Madres, Abuelas, Familiares que los enfrentaron y hoy estoy aquí pidiendo justicia gracias a ellos”, dijo. No hubo preguntas. Pablo Llonto escribió que ese día por largo rato los periodistas que estaban cubriendo el Juicio no pudieron mirarse a los ojos: la conmoción explotaba en forma de lágrimas.