El avance de las labores de los servicios de extinción del incendio de Tenerife, que cumple una semana de duración, permite a los gestores de la emergencia pensar en la "desescalada", es decir, en la vuelta paulatina a sus casas de más de 10.000 personas desalojadas. El Cabildo de Tenerife ha trasladado al Gobierno de Canarias una propuesta para el realojo selectivo en áreas habitadas del norte de Tenerife, que es donde la situación es más favorable, mientras que la principal preocupación se sitúa en estos momentos en el Mal Abrigo, en las escarpadas laderas de Güímar, al sur de la isla.