el gobierno de Nicaragua expulsó del país al Nuncio Apostólico y a 18 religiosas de la Orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Además cerró medios de comunicación católicos y el pasado 8 de febrero quitó la ciudadanía y desterró a seis sacerdotes. El jueves pasado, el presidente Daniel Ortega confirmó que el obispo de la ciudad de Matagalpa, de 56 años, rechazó marcharse a EE.UU. "Está desquiciado, pero bueno, eso ya lo deberán determinar las autoridades judiciales y las autoridades médicas que tendrán también que atenderlo", disparó Ortega en cadena nacional. Álvarez es el primer obispo arrestado, acusado y condenado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007. El mandatario indicó además que una decena de sacerdotes, diáconos y seminaristas abordó voluntariamente el vuelo que llevó a los 222 excarcelados y que ahora sólo quedan tres religiosos presos en Nicaragua: dos sacerdotes "por delitos comunes" y el obispo por "terrorismo".