El gobierno de Irán rechazó cualquier vínculo con el agresor que apuñaló el viernes en Estados Unidos al escritor británico de origen indio Salman Rushdie, 33 años después de la fatwa del ayatolá Ruhollah Jomeini condenándolo a muerte. Se trata de la primera reacción oficial de Teherán a la agresión contra el autor de 75 años, ocurrida en el anfiteatro de un centro cultural en Chautauqua, en el estado de Nueva York. "Desmentimos categóricamente cualquier relación entre el agresor e Irán. Nadie tiene el derecho de acusar a la República Islámica", dijo Naser Kanani, vocero del ministerio de Asuntos Exteriores iraní. "En este ataque, sólo Rushdie y sus partidarios merecen ser culpados e incluso condenados", subrayó Kanani durante su rueda de prensa semanal en Teherán. El funcionario sostuvo que Rushdie "se expuso a la ira y a la rabia de la gente insultando los asuntos sagrados del islam y cruzando las líneas rojas de más de 1.500 millones de musulmanes y de todos los seguidores de las religiones divinas" en su novela Los Versos Satánicos, publicada en 1988. Kanani no hizo ninguna referencia a la fatwa que emitió Jomeini pidiendo el asesinato de Rushdie en 1989 y de cualquier persona implicada en la publicación del libro, lo que obligó al escritor a pasar años en la clandestinidad.