El estado de Rio Grande do Norte, en el noreste de Brasil, vivió este miércoles la segunda madrugada consecutiva de ataques incendiarios y a tiros por parte de bandas narcotraficantes en abierto desafío a la llegada de las tropas especiales policiales de la Fuerza Nacional de Seguridad enviadas por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. En paralelo, el presidente recuperó el programa de seguridad que ya impulsó en sus dos mandatos anteriores (2003-2010) y con el que pretende reducir la violencia y aumentar la presencia del Estado en las periferias de las ciudades.