En los papeles River estaba en condiciones de ganarle con facilidad a Platense. En el arranque del partido el equipo de Demichelis se puso en ventaja, y eso hacía pensar que esa gran diferencia individual y colectiva se iba a concretar sin problemas. Y si se toman en cuenta los últimos cinco minutos en los que River, a favor de mucho espacio disponible y de su mejor resistencia física generó tres situaciones clarísimas, vuelve a aparecer la idea de la gran distancia.