Una cuidadoso recuento de los goles que Pelé habia marcado a lo largo de su carrera, que incluyó hasta los torneos militares, llevó a la conclusión de que en 1969 habria de llegar a su milésimo gol profesional. Y eso sucedió la noche del 19 de noviembre de ese año en el Maracaná donde Santos enfrentó a Vasco da Gama. A los 33 minutos del segundo tiempo, el zaguero René le cometió un penal y ante la inminencia del momento histórico, la multitud empezó a gritar por Pelé. El tiempo parecía haberse detenido Enfrente, dispuesto a pasar a la historia, estaba el arquero argentino Edgardo Andrada que hizo un gran esfuerzo para contener el remate suave y colocado de Pelé. Pero no pudo. Lo rozó con la punta de los dedos e igualmente, se metió junto al poste izquierdo. Cuando el balón tocó la red, una ovación inusitada estalló en el estadio. Pelé ingresó al arco, besó la pelota y durante 20 minutos fue llevado en andas por toda la cancha. Fue un gran homenaje en vida para él, un reconocimiento a todo lo que le había dado al fútbol.