“Tengo un deseo irrefrenable de hacer el amor con vos”, le dice ella. Él se sorprende, vacila, dice que es un poco pronto. Después de muchos rodeos acepta, no sin antes aclarar que no es muy bueno en eso. La situación se ha resuelto en un plano-secuencia muy dinámico, en el interior de un bistró. A diferencia de la mayoría de los planos-secuencia, en los que la cámara es la protagonista, mediante movimientos amplios, aquí los que se mueven son Charlotte y Simon, dentro del plano, y la cámara se limita a seguirlos. Hasta el punto de que a primera vista no se advierte que se trata de un plano continuo. En cuanto a la relación, de allí en más seguirá siendo ella quien tome la iniciativa. Él seguirá dudando, tartamudeando, pensándolo varias veces antes de hacer algo.