En la agonía del Título 42, los migrantes que se encuentran varados en la frontera de Matamoros, Tamaulipas, en el norte de México, han padecido crisis nerviosas y no han dejado de lanzarse al río Bravo durante este jueves, mientras los militares estadounidenses refuerzan la malla con púas y más agentes se suman a su tarea en la zona que las familias emplean para cruzar. También en las últimas horas, los venezolanos, principalmente, y personas de diversas nacionalidades, se abalanzan en grandes cantidades sobre la orilla del caudal para pasarlo caminando, con niños y bolsas negras, donde llevan sus pertenencias.