Activistas medioambientales, organizaciones civiles y ecológicas provistas de pancartas contrarias a la mina, con imágenes de la fauna del lugar, celebraron la decisión de rechazar el proyecto que contempla una inversión de 2.500 millones de dólares. A bordo de pequeñas lanchas, comunidades dedicadas a la pesca artesanal y al turismo de la zona festejaron también la decisión del Consejo de Ministros, según imágenes de la ONG Oceana.