Una multitud de fanáticos y fanáticas de la “Scaloneta” de todas las edades y vestidos con los colores de la bandera argentina, iniciaron los festejos en el Obelisco, en Palermo, y en las calles de toda la ciudad de Buenos Aires tras el triunfo de la Selección en la final del Mundial de Qatar contra Francia por penales, que algunos se negaron a mirar, mientras otros se encomendaron a "San Maradona" para que "ilumine" a los jugadores. "Ahora podemos respirar tranquilos, fue mucha adrenalina junta, no caigo que somos campeones del mundo", dijo a Télam Mauricio, de 20 años, apenas terminó el partido que siguió con su amigo Martín (16) en la Plaza Seeber, en Palermo, y cuando ya se preparaban para sumarse a la celebración en el Obelisco.