La Copa Davis volvió a representar, como tantas veces en la historia, una pesadilla. El paso del equipo argentino por Bologna, donde se disputó la fase de grupos de las Finales, sólo puede ser sintetizado con una palabra: decepción. La meta estaba planteada de antemano: conseguir la clasificación a los cuartos de final, en la instancia definitoria que tendrá lugar del 23 al 27 de noviembre en Málaga, pero el resultado fue un fracaso.