La 47° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires empezó sin sobresaltos ni encendidas polémicas. “No es que no me gusten las grietas, pueden llegar a fascinarme, pero cuando no son entre explotadores y explotados a mi criterio pierden un poco la gracia”, dijo Martín Kohan durante el discurso de apertura en el que rescató la figura del lector. “La Feria del Libro ocurre en un lugar impropio”, en referencia al predio de La Rural, que “suple bostas y silbidos por libros y mesas redondas”. Para el autor de Ciencias morales, “la lectura, elogiadísima en abstracto, se desestima en lo concreto” y esto perjudica la discusión política,“que hoy transcurre casi enteramente sobre la base de desconocer o distorsionar lo que en verdad el otro dijo, o triturarlo hasta la frase suelta y quedarse meramente con eso”.