A los 17 años, Pelé ya era la gran esperanza del futbol brasileño y el técnico Vicente Italo Feola (que tres años después dirigió a Boca) lo convocó para jugar el Mundial de Suecia. Viajó para ser suplente de Dida como entreala izquierdo, pero luego del debut ante Austria y a pesar de haber ganado 3 a 0, Didí y Nilton Santos, los principales referentes del equipo, convencieron a Feola de que Pelé y Garrincha debían ser titulares. Y los dos pagaron la confianza con actuaciones sensacionales y goles inmejorables.