Ejemplar prototípico del cine popular surcoreano, Boksoon debe morir –que se estrena en todo el mundo en la plataforma Netflix luego de su paso por el reciente Festival de Berlín– ofrece trucos viejos remozados con estilo e ingenio. Por la cabeza del espectador pasarán decenas de títulos vistos previamente, pero la historia escrita por Sung-hyun Byun para su quinto largometraje como realizador tiene el encanto de esa máxima del cine de género desde su afianzamiento en la primera década del cine sonoro, hace casi cien años: presentar al público un universo reconocible y, a partir de allí, jugar con las posibles variaciones de los códigos y contextos, lugares comunes y arquetipos.